Modern Classics
Andrzej Bobkowski
Meeting; Behind the Front

Short stories, journalism and travel writing by a cosmopolitan and wordsmith

Modern Classics
Andrzej Bobkowski
Meeting; Behind the Front

Short stories, journalism and travel writing by a cosmopolitan and wordsmith

(For excerpt in Spanish, please, scroll down)

First steps in a new place, in a new world. First acquaintances, the hunt for work. I don’t know the language. My Spanish is like the rings blown by a novice smoker. I resort most frequently to English, French and German. Consequently, the last of these is most secure. Let’s be objective: what’s immediately obvious, what strikes one most within the first fortnight here, is the solid job done by the Germans. It’s difficult to pinpoint what it is, but it emanates from the lifestyle, from this country’s far-advanced – in a good sense – Europeanisation. German economic expansion must have been very strong here before the war: there are still a good number of old Mercedes, Horchs, Adlers, Opels and Zündapps among the newest models of American cars and motorcycles.

I stroll along the straight avenidas, marked only by numbers, and the equally straight calles, perpendicular to the avenidas. The city is low and sprawling. The houses are generally single-storey, on account of earthquakes. It’s warm, but never too hot. A marvellous climate, and yet not in the least monotonous. Some newcomers from tropical lowlands, cork helmets on their heads; they look quite exotic on these streets. An occasional great butterfly, blown into the city and straying among the web of wires above the street, is the only reminder of the proximity of the tropics. A multitude of cars. In the evenings, the neon-illuminated streets are jammed with Packards, Buicks, Pontiacs and other 1949 models. Stacks of food in the market halls and dark Indian merchants, a cigarette between their lips, huge and dignified. Sometimes a parrot alights above them, screeching: Bahhrrato, bahhrrato (cheap). Along the ground, children crawl like cockroaches. Central America is multiplying at a lightning pace.

I’m living in a beautiful house already, which I’m renting together with an exceptionally amiable Spaniard. The house, or rather villa, is furnished; what’s more, there’s a radio, sewing machine and refrigerator. It’s an expensive place. My capital has dwindled, the subdermal anxiety of “what next” is a constant. But at the same time, yesterday I danced after supper at the house of a friend of my acquaintances. I danced with real pleasure for the first time in many, many years. Even with my own wife. And when I go into town, I constantly feel the urge to stretch out along the flat and sunny streets or to play with a huge vulture and a small dog who are squabbling, calm as can be, over a huge bone in the middle of the street. But over and above all else to breathe unconstrained.

At last, the State, that “fantastic and odious being” as Flaubert wrote to George Sand, can no longer be felt at every turn. Normal life, the cultured Europe of bygone times. To find it today, one has to leave it. Albeit for an Affenland, as the Germans refer to these countries, with typical European megolamania. Courtesy, calmness, shop-bought goods are painstakingly packaged and sent home with neither surcharge nor tip (shopping can also be done by telephone), post is delivered at Christmas and holidays, the radio programmes are excellent. Finally in America, I have freed myself of swing and all that horrendous jazz. The shops are largely full of American products. Those from Europe are predominately from countries not encompassed by the Marshall Plan. Switzerland: watches and Hermes-Baby typewriters beat Remington and Underwood hands down. Even the Americans buy these little machines. Husqvarna motorcycles, calculators. Czechoslovakia has arrived already: crystalware, porcelain, cameras, lenses. Polish bicycles and items of clothing are expected. But it’s understandable: countries receiving aid must first consume and can then set about producing. Meanwhile, as usual, perfumes, wine, cognac, marinated olives, fancy ties, belts, and of the weightier apparatuses – bicycles and umbrellas. The shops are busy, all manner of goods are for sale. In the same shop, one can buy, for example, a pair of nylon stockings, women’s dessous, a sixteen-round Winchester, or a first-rate Smith & Wesson. As a cultured European, I am impressed by the free trade of these weapons, carried without inhibition and unabused. So much is claimed for this culture of ours – what if we were to test it, sell guns for just a week, alongside ties. In the Galeries Lafayettes, for example. I wonder if we’d have much to boast about afterwards. The bookshops are well stocked here. Mexico and Argentina take first place in publishing. I go about, revelling in all of it.

 

Translated by Anna Zaranko

***

EN LA RETAGUARDIA

Camino por las rectas avenidas, como aquí las llaman, designadas únicamente con números, y por las igualmente rectas calles, perpendiculares a las avenidas. La ciudad es extensa y de poca altura. Las casas son mayormente de un piso a causa de los terremotos.

Hace calor, pero nunca demasiado. Un clima maravilloso y, sin embargo, no es en absoluto monótono. Forasteros llegados de las planicies tropicales con cascos de corcho tienen un aspecto bastante exótico al andar por estas calles. Lo único que de vez en cuando nos recuerda la cercanía del trópico es una gran mariposa traída a la ciudad por el viento, perdida en la maraña de cables en las alturas. Un montón de automóviles. Por la tarde, las calzadas iluminadas de neón sufren una congestión de packard, biuck, pontiac y otros modelos de 1949. En los mercados, montañas de comida y vendedoras indias de tez oscura, con un cigarrillo en los labios, grandes y hambrientas. Sobre ellas de vez en cuando se sienta un loro que grita: bahhrrato, bahhrrato. Por el suelo, niños arrastrándose como cucarachas. América Central se reproduce a un ritmo vertiginoso.

Vivo ya en una casa preciosa que alquilo a medias con un español excepcionalmente simpático. La casa, más bien un chalé, está amueblada; además, tiene una radio, una máquina de coser y un frigorífico eléctrico. Una vivienda cara. Mi capital ya ha menguado, por dentro sigue el temor al “y ahora qué”, pero al mismo tiempo ayer bailé después de la cena en casa de uno de los amigos de mis conocidos. Por primera vez desde hace muchos, muchos años bailé con verdadero placer. Incluso con mi propia esposa. Y cuando salgo a la ciudad, todo el tiempo tengo ganas de desperezarme por esas soleadas calles de casas bajitas, o de pararme a jugar con el gran buitre y con el pequeño perro que riñen en medio de la calle por un enorme hueso con toda la calma del mundo. Y, por encima de todo, ese poder respirar a pleno pulmón.

Por fin camino sin sentir a cada paso el Estado, ese “ser fantástico y odioso”, como escribía Flaubert a George Sand. Una vida normal, la vieja y culta Europa. Hoy para reencontrarla hay que salir de ella, incluso aunque sea a un affenland, como los alemanes, con la típica megalomanía europea llaman a estos países. Amables, tranquilos, empaquetan cuidadosamente los productos que compro en la tienda y me los mandan a casa sin un pago extra y sin propina (también se pueden tramitar las compras por teléfono), reparten el correo incluso los domingos y en días festivos, magníficos programas de radio. Por fin me libré en América del swing y de ese horrible jazz. En las tiendas predominan los productos americanos. Entre los europeos destacan los productos de países que no entran dentro del plan Marshall. Suiza: relojes, las pequeñas máquinas de escribir Hermes-Baby son infinitamente mejores que las Remington y las Underwood. Hasta los americanos compran estas maquinitas. Motocicletas Husquarna, motos eléctricas, máquinas para contar. Checoslovaquia ya está presente. Cristales, porcelanas, máquinas fotográficas, lentes. Están a la espera de bicicletas y de material de confección de Polonia. Mientras tanto, lo de costumbre: perfumes, vino, coñac, aceitunas en escabeche, corbatitas, cinturones y, entre los artilugios de más entidad, bicicletas y paraguas. Hay mucho movimiento en las tiendas, donde se puede adquirir de todo. Uno puede comprar sin problema en la misma tienda un par de medias de nylon, dessous femeninos, un winchester de dieciséis cargas o un smith and wesson de primera. Algo que me impresiona como europeo culto es el libre comercio de armas y el que las lleven con naturalidad y sin abusar de ellas. Tanto se habla de esa cultura nuestra, quizá no estaría de más ponerla a prueba vendiendo durante una semana pistolas junto a las corbatas. Por ejemplo, en las Galeries Lafayette. Ya veríamos si tendríamos de qué enorgullecernos. Librerías perfectamente abastecidas. Entre las editoriales llevan la voz cantante México y Argentina. No puedo dejar de deleitarme con esto.

 

Primeros pasos en una nueva ciudad, en un nuevo mundo. Primeros conocidos, primeros intentos de encontrar un empleo. No conozco el idioma. Mi español es como cuando trata de hacer aros un fumador inexperto. Suelo hablar en inglés, francés o alemán. Al final éste último idioma resulta el más fiable. Hay que ser objetivo: lo que salta a la vista y se siente tras pasar apenas un par de semanas aquí es la cultura del buen trabajo, al estilo alemán. Es difícil decir en qué consiste, pero proviene del estilo de vida, de la avanzada europeización en el buen sentido de este país. La expansión económica de Alemania debió ser muy potente aquí antes de la guerra: entre los novísimos modelos de automóviles y motocicletas americanos se ven aún bastantes mercedes, horch, adler, opels y zündap antiguos.

Traducción: Higinio J. Paterna Sánchez

Selected samples

<
>
Mateusz Żaboklicki
Anna Świrszczyńska
Mirka Szychowiak
Filip Matwiejczuk
Justyna Kulikowska
Urszula Kozioł
Kamila Janiak
Urszula Honek
Zuzanna Ginczanka
Darek Foks
Kacper Bartczak
Justyna Bargielska
Joanna Kuciel-Frydryszak
Maciej Robert
Michał Książek
Natalka Suszczyńska
Małgorzata Rejmer
Grzegorz Bogdał
Andrzej Chwalba
Renata Lis
Andrzej Stasiuk
Julia Łapińska
Aleksandra Tarnowska
Kajetan Szokalski
Aleksandra Koperda
Marta Hermanowicz
Ishbel Szatrawska
Monika Muskała
Elżbieta Łapczyńska
Łukasz Krukowski
Adam Kaczanowski
Agnieszka Jelonek
Mateusz Górniak
Anna Cieplak
Julita Deluga
Wojtek Wawszczyk, Tomasz Leśniak
121344
Anna Kańtoch
Andrzej Bobkowski
Wisława Szymborska
Zdzisław Kranodębski
Andrzej Nowak
Wiesław Myśliwski
Jarosław Jakubowski
Anna Piwkowska
Roman Honet
Miłosz Biedrzycki
Wojciech Chmielewski
Aleksandra Majdzińska
Tomasz Różycki
Maciej Hen
Jakub Nowak
Elżbieta Cherezińska
歐菈·沃丹斯卡-波欽斯卡(Ola Woldańska-Płocińska)
作者:沃伊切赫·維德瓦克(Wojciech Widłak), 插圖:亞歷珊德拉·克珊諾夫斯卡(Aleksandra Krzanowska)
文字:莫妮卡·烏特尼-斯特魯加瓦(Monika Utnik-Strugała), 概念和插圖:皮歐特·索哈(Piotr Socha)
作者:亞格涅絲卡·斯特爾馬什克(Agnieszka Stelmaszyk)
尤安娜·日斯卡(Joanna Rzyska)、阿嘉妲·杜德克(Agata Dudek)、瑪格熱妲·諾瓦克(Małgorzata Nowak) Druganoga出版社,華沙2021
艾麗莎·皮歐特夫斯卡(Eliza Piotrowska)
米科瓦伊·帕辛斯基(Mikołaj Pasiński)、瑪格熱妲·赫爾巴(Gosia Herba)
歐菈·沃丹斯卡-波欽斯卡(Ola Woldańska-Płocińska)
瑪麗安娜·奧克雷亞克(Marianna Oklejak)
拉法爾·科希克(Rafał Kosik)
亞歷珊德拉·沃丹斯卡-波欽斯卡(Aleksandra Woldańska-Płocińska)
巴托米耶·伊格納邱克(Bartłomiej Ignaciuk), 阿嘉塔·洛特-伊格納邱克(Agata Loth-Ignaciuk)
文字和插圖:皮歐特·卡爾斯基(Piotr Karski)
文字和插圖:皮歐特·卡爾斯基(Piotr Karski)
羅珊娜·延澤耶夫斯卡-弗魯貝爾 (Roksana Jędrzejewska-Wróbel)
作者:普舎米斯瓦夫·維赫特洛維奇(Przemysław Wechterowicz) 插圖:艾米莉·吉烏巴克(Emilia Dziubak)
尤斯提娜·貝納雷(Justyna Bednarek) 插圖:丹尼爾·德拉圖爾(Daniel De Latour)
尤安娜·巴托西克(Joanna Bartosik)
瑪格熱妲·斯文多夫斯卡(Małgorzata Swędrowska)、尤安娜·巴托西克(Joanna Bartosik)
Jan Kochanowski
Jarosław Marek Rymkiewicz
Olga Tokarczuk
Władysław Stanisław Reymont
An Ancient Tale
Stanisław Rembek
Elżbieta Cherezińska
Henryk Sienkiewicz
Maria Dąbrowska
Stefan Żeromski
Bronisław Wildstein
Zbigniew Herbert / Wisława Szymborska
Karol Wojtyła
Wiesław Myśliwski
Czesław Miłosz
Anna Świrszczyńska / Melchior Wańkowicz
Tadeusz Borowski / Gustaw Herling-Grudziński
Wiesław Helak
Góra Tabor
Adriana Szymańska
Paweł Rzewuski
Mariusz Staniszewski
Staniszewski_Kartel
Radek Rak
Agla
Urszula Honek
Honek
Kazimierz Orłoś
Orlos
Rafał Wojasiński
Tefil
Antonina Grzegorzewska
Grzegorzewska_drama
Józef Mackiewicz
Mackiewicz_Sprawa
Tobiasz Piątkowski, Marek Oleksicki
Piatkowski_Oleksicki_Ekspozytura
Daniel Odija
Bronisław Wildstein
Józef Mackiewicz
Mackiewicz_Droga
Józef Mackiewicz
Mackiewicz_Bunt-rojstow
Witold Szabłowski
Szablowski_Rosja-od-kuchni
Andrzej Muszyński
Muszynski_Dom-ojcow
Wiesław Helak
Helak
Bartosz Jastrzębski
Jastrzebski_Dies-irae
Dariusz Sośnicki
Sośnicki_Po-domu
Łukasz Orbitowski
Orbitowski_chodz
Jakub Małecki
Malecki_SO
אנדז'יי ספקובסקי
Elżbieta Cherezińska
Wiesław Myśliwski
Jakub Małecki
Aleksandra Lipczak
Jacek Dukaj
Wit Szostak
Bartosz Biedrzycki
Zyta Rudzka
Maciej Płaza
Wojciech Chmielewski
Paweł Huelle
Przemysław "Trust" Truściński
Angelika Kuźniak
Wojciech Kudyba
Michał Protasiuk
Stanisław Rembek
Rembek
Krzysztof Karasek
Elżbieta Isakiewicz
Artur Daniel Liskowacki
Jarosław Jakubowski
Zbigniew Stawrowski
Szczepan Twardoch
Wojciech Chmielarz
Robert Małecki
Zygmunt Miłoszewski
Anna Piwkowska
Dominika Słowik
Wojciech Chmielewski
Barbara Banaś
Rafał Mikołajczyk
Jerzy Szymik
Waldemar Bawołek
Julia Fiedorczuk
Jakub Szamałek
Witold Szabłowski
Jacek Dukaj
Grzegorz Górny, Janusz Rosikoń
Paweł Piechnik
Andrzej Strumiłło

69

Marta Kwaśnicka
Piotr Mitzner
Paweł Sołtys
Wacław Holewiński
Anna Potyra
Wiesław Helak
Urszula Zajączkowska
Marek Stokowski
Stokowski
Hubert Klimko-Dobrzaniecki
HKD
Jakub Małecki
Malecki_Horyzont
Łukasz Orbitowski
Orbitowski
Małgorzata Rejmer
Rejmer
Rafał Wojasiński
Olanda
Wojciech Kudyba
Kudyba
Włodzimierz Bolecki
Bolecki
Jerzy Liebert
Liebert
Wojciech Zembaty
Zembaty
Wojciech Chmielarz
Chmielarz
Bogdan Musiał
Musiał
Joanna Siedlecka
Siedlecka
Krzysztof Tyszka-Drozdowski
Drozdowski
Jarosław Marek Rymkiewicz
Marek Bieńczyk
Bienczyk
Leszek Elektorowicz
Elektorowicz
Adrian Sinkowski
Sinkowski
Szymon Babuchowski
Babuchowski
Lech Majewski
Majewski
Weronika Murek
Murek
Agnieszka Świętek
Swietek
Stanisław Szukalski
Barbara Klicka
Klicka
Anna Kamińska

She climbed her first peaks in a headscarf at a time when women in the mountains were treated by climbers as an additional backpack. It was with her that female alpinism began! She gained recognition in a spectacular way. The path was considered a crossing for madmen. Especially since the tragic accident in 1929, preserved … Continue reading “Halina”

Wojciech Chmielarz

First, Marysia, a student of an exclusive private school in Warsaw’s Mokotów district, dies under the wheels of a train. Her teacher, Elżbieta, tries to find out what really happened. She starts a private investigation only soon to perish herself. But her body disappears, and the only people who have seen anything are Gniewomir, a … Continue reading “Wound”

Anna Kańtoch

A young girl, Regina Wieczorek, was found dead on the beach. She was nineteen years old and had no enemies. Fortunately, the culprit was quickly found. At least, that’s what the militia think. Meanwhile, one day in November, Jan Kowalski appears at the police station. He claims to have killed not only Regina but also … Continue reading “Penance”

Marek Krajewski

The year is 1922. A dangerous time of breakthrough. In the Eastern Borderlands of the Republic of Poland, Bolshevik gangs sow terror, leaving behind the corpses of men and disgraced women. A ruthless secret intelligence race takes place between the Lviv-Warsaw-Free City of Gdańsk line. Lviv investigator Edward Popielski, called Łysy (“Hairless”), receives an offer … Continue reading “A Girl with Four Fingers”

Ks. Tomasz Stępień

This question is closely related to the next one, namely: if any goal exists, does life lead us to that goal in an orderly manner? In other words, is everything that happens to us just a set of chaotic events that, combined together, do not form a whole? To understand how the concept of providence … Continue reading “Order and Love”

Jakub Małecki
Szczepan Twardoch
Wiesław Helak
Maria Wilczek-Krupa
Anna Kańtoch
Rafał Kosik
Paweł Sołtys
Dorota Masłowska
Wiesław Myśliwski
Martyna Bunda
Olga Tokarczuk
Various authors
Mariola Kruszewska
Waldemar Bawołek
Marek Oleksicki, Tobiasz Piątkowski
Wojciech Tomczyk
Urszula Zajączkowska
Marzanna Bogumiła Kielar
Ks. Robert Skrzypczak
Bronisław Wildstein
Anna Bikont
Magdalena Grzebałkowska
Wojciech Orliński
Klementyna Suchanow
Andrzej Franaszek
Natalia Budzyńska
Marian Sworzeń
Aleksandra Wójcik, Maciej Zdziarski
Józef Łobodowski

The work of Józef Łobodowski (1909-1988) – a remarkable poet, prose writer, and translator, who spent most of his life in exile – is slowly being revived in Poland. Łobodowski’s brilliant three- volume novel, composed on an epic scale, concerns the fate of families and orphans unmoored by the Bolshevik Revolution and civil war and … Continue reading “Ukrainian Trilogy: Thickets, The Settlement, The Way Back”

Piotr Zaremba
Wacław Holewiński
To the top

© 2024 The Polish Book Institute